ISSN: 3091-1540
Vol. 3, Núm. 2 | Julio – Diciembre 2025 | e2025020
DOI: https://doi.org/10.70171/fgtpcn17
Inteligencia, Contrainteligencia y el Servicio del Humint
Intelligence, Counterintelligence and the Humint Service
Juan Antonio Caballero-Delgadillo1*
https://orcid.org/0000-0001-9439-5696
Mario Flores-Ordóñez2
https://orcid.org/0000-0001-9884-4073
Marco Ledesma-Ayora2
https://orcid.org/0000-0002-9831-9655
1 Universidad Autónoma de Nuevo León, México
2 Universidad Católica de Cuenca, Ecuador
Recibido: 5 de julio de 2025. Aceptado: 1 de septiembre de 2025. Publicado en línea: 5 de septiembre de 2025.
*Autor de correspondencia: [email protected]
Resumen
Justificación: la delincuencia organizada representa un desafío creciente para la seguridad pública y la estabilidad de los Estados, por lo que es necesario explorar herramientas de inteligencia capaces de comprender y anticipar las dinámicas internas de los grupos criminales para intervenir estratégicamente. Objetivo: evaluar el papel de las fuentes humanas como herramienta estratégica para el acercamiento y combate de la delincuencia organizada, considerando su integración con inteligencia y contrainteligencia. Metodología: la investigación se desarrolló con un enfoque cualitativo, mediante revisión documental de 50 fuentes bibliográficas, incluyendo informes académicos, gubernamentales e internacionales. Resultados: se evidenció que HUMINT permite acceder a información estratégica sobre intenciones, estructuras internas y rutas operativas de los grupos delictivos, que no puede obtenerse por medios tecnológicos o documentales, y que al combinarse con fuentes directas, indirectas y gestionadas con mapas, matrices y análisis de patrones optimiza la planificación de operaciones. La participación social y la cooperación interinstitucional fortalecen la recolección de información y la efectividad de las intervenciones estatales. HUMINT se muestra como un recurso indispensable para desarticular redes criminales complejas y anticipar conductas delictivas. Conclusión: las fuentes humanas constituyen un elemento estratégico para el acercamiento a la delincuencia organizada, cuyo impacto se maximiza cuando se articulan con inteligencia, contrainteligencia y estrategias de prevención.
Palabras clave: Army, delincuencia organizada, HUMINT, Interpol, terrorismo, Sherloc.
Abstract
Justification: organized crime represents a growing challenge to public security and state stability, making it necessary to explore intelligence tools capable of understanding and anticipating the internal dynamics of criminal groups in order to intervene strategically. Objective: to evaluate the role of human sources as a strategic tool for approaching and combating organized crime, considering their integration with intelligence and counterintelligence. Methodology: the research was conducted with a qualitative approach, through a documentary review of 50 bibliographic sources, including academic, governmental, and international reports. Results: it was evidenced that HUMINT allows access to strategic information on the intentions, internal structures, and operational routes of criminal groups, information that cannot be obtained through technological or documentary means. When combined with direct, indirect, and managed sources along with maps, matrices, and pattern analysis, it optimizes operational planning. Social participation and interinstitutional cooperation strengthen information collection and the effectiveness of state interventions. HUMINT proves to be an indispensable resource for dismantling complex criminal networks and anticipating criminal behavior. Conclusion: Human sources constitute a strategic element for approaching organized crime, whose impact is maximized when articulated with intelligence, counterintelligence, and preventive strategies.
Keywords: Army, Organized crime, HUMINT, INTERPOL, Terrorism, Sherloc.
Cita: Caballero-Delgadillo, J. A., Flores-Ordóñez, M., & Ledesma-Ayora, M. (2025). Inteligencia, Contrainteligencia y el Servicio del Humint. Erevna Research Reports, 3(2), e2025020. https://doi.org/10.70171/fgtpcn17
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El derecho penal tiene una importancia primordial como sistema que busca promover la paz y proteger las interacciones sociales (Jescheck & Weigend, 2014); por lo tanto, es necesario la implementación de políticas claras y leyes apropiadas para combatir la delincuencia organizada. En Ecuador, debido a varios factores sociales, económicos y culturales, ha surgido un alto número de organizaciones delictivas que han causado graves problemas en la seguridad de la sociedad y en la estabilidad del país, convirtiéndose actualmente en una “sociedad incivil” (Naciones Unidas, 2001), en donde predomina la desconfianza, la hostilidad y la falta de solidaridad de sus miembros, con un aumento desmedido de la delincuencia, la corrupción y la violencia. Los terroristas, criminales y bandas delictivas desordenan todas aquellas buenas obras de una sociedad (Jescheck & Weigend, 2014), aprovechándose de los países con instituciones débiles. Ante esta situación, surge la interrogante ¿Las fuentes humanas podrían servir para el acercamiento contra la delincuencia organizada? Explorar esta posibilidad implica analizar tanto las estrategias diseñadas para los operadores del sistema como el papel de apoyo que puede desempeñar la sociedad en su conjunto.
La investigación se desarrolló bajo un enfoque cualitativo, con un diseño de revisión documental sustentado en 50 fuentes bibliográficas seleccionadas por su relevancia y autoridad en la materia. La búsqueda y selección incluyó bases de datos académicas, informes gubernamentales y documentos de organismos internacionales. Entre las fuentes consultadas destacan Sherloc, el U.S. Army, así como instituciones de alcance global como Naciones Unidas, la National Crime Agency y el Índice Global de Crimen Organizado. El estudio se caracteriza por un enfoque exploratorio, descriptivo e interpretativo, orientado a la profundización en el contexto a partir del análisis de datos y documentos.
La inteligencia puede definirse como la información recopilada, analizada y difundida con el propósito de anticipar, prevenir o monitorear la actividad delictiva (Law Enforcement Policy Center, 2021). En este sentido, constituye un recurso que, tras ser evaluado, permite determinar su relevancia y fiabilidad (National Crime Agency, 2025). Así, “(…) es información que ha pasado por un proceso sistemático de recopilación, evaluación, exploración, análisis y síntesis, con el objetivo de reducir la incertidumbre y proporcionar ventaja en la toma de decisiones” (Huber, 2025).
En el ámbito criminal, los archivos de inteligencia almacenan datos relacionados con las actividades y asociaciones de personas sospechosas de haber participado o de estar involucradas en hechos ilícitos. Dichos registros abarcan, por un lado, la planificación, organización, financiación o comisión, real o tentativa, de actos delictivos; y, por otro, actividades criminales sustentadas en cifras conocidas o presuntamente vinculadas a delitos (Manual, 2022).
Un sistema de inteligencia criminal ayuda al combate del tráfico y la fabricación de narcóticos, los juegos de azar ilegales, los préstamos usureros, la extorsión, el vicio y la pornografía, así como la infiltración en negocios legítimos con fines ilícitos. También contribuye a enfrentar el robo de valores, el soborno y otros delitos graves, entre ellos el homicidio, la agresión sexual, el robo con allanamiento de morada, el robo de vehículos, el secuestro, la destrucción de propiedad, el robo simple, el fraude, la venta de propiedad robada y el incendio provocado. Además, permite abordar la fabricación, uso o posesión de artefactos explosivos con fines de fraude, intimidación o motivación política, así como las amenazas contra funcionarios públicos y ciudadanos (Law Enforcement Intelligence Unit, 2002).
En paralelo, la contrainteligencia se enfoca en identificar, evaluar, neutralizar y, en ciertos casos, explotar las actividades de inteligencia que puedan representar una amenaza. La identificación constituye su función prioritaria, la cual está orientada a ubicar las actividades de inteligencia (…), en respuesta a las coordenadas: ¿Quiénes son? ¿Qué están haciendo? ¿Dónde y contra qué objetivos operan? Las respuestas a estas interrogantes originarán la adopción de medidas de seguridad protectoras, fortalecer los esfuerzos de seguridad operativa para la recopilación de inteligencia y coordinar actividades militares u otras operaciones estratégicas (Cruz, 2024).
El conocimiento generado por la inteligencia y la contrainteligencia se complementa con las investigaciones en criminología, que han sido utilizadas y desarrolladas para explicar la conducta delictiva, dado lugar a distintas corrientes, dirección o modelos explicativos dentro de la ciencia Criminológica (Caballero Delgadillo et al., 2022).
En el contexto ecuatoriano, los indicadores de criminalidad muestran la magnitud del desafío. De acuerdo con el Índice Global de Crimen Organizado, Ecuador ocupó el puesto 11 a nivel mundial en 2023, con una puntuación de 7,07, evidenciando un aumento de 0,82 puntos desde 2021 (Globai Initiative, 2023). Un año más tarde, de acuerdo con el portal InSight Crime (2025), el país figura entre aquellos con las tasas de homicidio más elevadas de la región, como se observa en la Figura 1.
Figura 1. Tasas de homicidios en América Latina
Nota: InSight Crime. (2025, 26 de febrero). InSight Crime’s 2024 Homicide Round-Up [Mapa].
Un elemento crucial para enfrentar este panorama es la eficacia de las leyes penales, ya que la definición precisa de las conductas punibles en cada tipo penal resulta determinante para asegurar que los delitos cometidos por grupos criminales reciban sanciones efectivas y proporcionales.
La ausencia de una definición precisa y universal de la delincuencia organizada se debe a la diversidad de actividades ilícitas que abarca a los diversos sectores sociales, económicos o financieros en los que opera, así como a las particularidades de las leyes vigentes en cada país (Zambrano-Coronel et al., 2025). Por ello, surge la problemática de tipificar correctamente el tipo penal en la legislación ecuatoriana.
De acuerdo con Sherloc (2025), la delincuencia organizada debe entenderse como “actos planificados y racionales que reflejan el esfuerzo de grupos de personas”. Sin embargo, los conceptos y definiciones suelen asociarse a casos específicos. Por ejemplo, en Italia el crimen organizado se asocia comúnmente con el modelo de la mafia siciliana; en Colombia, con los carteles de droga; en Rusia, con las mafias que surgieron tras el colapso de la unión soviética (Corte Ibáñez & Giménez-Salinas, 2010); y en Venezuela, con diversos países a través del denominado Cartel de los Soles.
Para comprender con mayor claridad el fenómeno, resulta pertinente abordar la definición proporcionada por Porter et al. (1975): “las organizaciones están compuestas de individuos o grupos, en vistas a conseguir ciertos objetivos por medio de funciones diferenciadas que se procura que estén racionalmente coordinadas dirigidas, y una cierta continuidad a través del tiempo”. Esto implica que un requisito fundamental para entender el concepto es que el grupo delictivo esté conformado por varias personas con un propósito determinado y orientado a cometer diversos tipos de delitos. El número mínimo de integrantes para que se configure un grupo de delincuencia organizada dependerá de la legislación de cada país.
El informe más reciente de Europol (SOCTA) indica que cerca del 65% de los grupos de delincuencia organizada (GDO) están integrados por personas de distintas nacionalidades, mientras que aproximadamente un tercio está conformado por individuos de una sola nacionalidad. El mismo informe señala que más del 70 % de estos grupos desarrollan sus actividades en más de tres países, mientras que solo una cuarta parte limita sus actividades a uno o dos territorios (REPD, 2021).
El CESEDEN (2012) precisa que “la existencia de una organización para acometer el negocio criminal entendida como la ordenación formal de funciones y normas para la consecución en común de una actividad ilegal con una determinada finalidad” (pp. 14). De esta manera, la estructura jerárquica y sistematizada permite a estos grupos planificar, ejecutar y beneficiarse de actividades criminales de manera eficiente, manteniendo un orden interno que facilita sus operaciones y dificulta la acción de las autoridades.
Uno de los rasgos más relevantes de la delincuencia organizada es su continuidad en el tiempo. Estas organizaciones se adaptan y evolucionan en respuesta a las dinámicas de cada sociedad. Además, han demostrado una capacidad versátil para operar, aprovechando la globalización y los avances tecnológicos para desarrollar diversos modos de actuación (modus operandi). Esto representa un desafío al intentar implementar un enfoque genérico que pueda ser aplicado por todas las legislaciones, así como al establecer leyes penales de manera efectiva.
Otro elemento clave, a menudo invisibilizado, es la corrupción. Esta se manifiesta en diversos países donde los grupos criminales logran vincularse con instancias del poder ejecutivo y/o legislativo que facilita sus actividades delictivas.
Las estimaciones de INTERPOL (2025) destacan que los negocios de la delincuencia organizada generan ganancias de miles de millones de dólares, con modelos operativos semejantes a empresas legítimas internacionales, cuentan con estrategias a largo plazo, jerarquías, alianzas estratégicas y un objetivo común de maximizar beneficios reduciendo riesgos.
De forma complementaria, la Pan American Development Foundation (2023) advierte que “(…) con mayor capacidad de infiltración en los Estados y con un portafolio criminal diversificado en el que la especialización delictiva, potenciada en buena medida por la tecnología, ha dado paso a modelos de convergencia criminal, subsistemas y outsourcing criminal”.
En este contexto, la operación Lionfish Hurricane ejecutada en abril y mayo de 2024 bajo la coordinación de INTERPOL contra redes de narcotráfico que operaban en América del Sur, África y Europa, permitió la incautación de más de 615 toneladas de drogas y precursores químicos ilícitos, con un valor estimado de 1.600 millones de dólares estadounidenses, y condujo a la detención de 206 personas en 31 países (INTERPOL, 2024).
Asimismo, los registros de INTERPOL (2024) señalan que “la región europea de INTERPOL es la más activa: en 2023, se realizaron en ella 4.200 millones de búsquedas en las bases de datos de la Organización, prácticamente la mitad de todas las consultas realizadas a nivel mundial”. Estos datos confirman que la tecnología desempeña un papel central en la detección, búsqueda y manejo de datos relacionados con la delincuencia organizada.
En Ecuador, el marco normativo establece la integración del Sistema Nacional de Inteligencia a través de la Ley Orgánica de Inteligencia (2025). Según el artículo 8 de esta norma, conforman el Sistema Nacional de Inteligencia, la entidad rectora de inteligencia y contrainteligencia, que será el órgano rector del Sistema Nacional de Inteligencia y los siguientes subsistemas:
a) Subsistema de inteligencia de las Fuerzas Armadas;
b) Subsistema de inteligencia de la Policía Nacional;
c) Subsistema de inteligencia de análisis financiero y económico;
d) Subsistema de inteligencia de la Casa Militar Presidencial;
e) Subsistema de inteligencia tributaria nacional;
f) Subsistema de inteligencia aduanera;
g) Subsistema de inteligencia penitenciaria del organismo técnico del Sistema Nacional de Rehabilitación Social, y;
h) Las demás que disponga el Presidente de la República en la normativa correspondiente.
Asimismo, el artículo 35 establece que:
Las actividades de inteligencia y contrainteligencia para el cumplimiento de los fines enunciados en Ley Orgánica de Inteligencia (2025) se desarrollarán a través de la entidad rectora del Sistema Nacional de Inteligencia y de sus subsistemas, utilizando medios humanos, técnicos y tecnológicos, con el objetivo de prevenir, reducir y combatir las vulnerabilidades, amenazas y riesgos, que atenten a la seguridad integral del Estado. Las actividades de inteligencia y contrainteligencia estarán orientadas a contribuir para la correcta toma de decisiones y/o para el desarrollo de las operaciones que realice la entidad rectora del Sistema Nacional de Inteligencia y los subsistemas de inteligencia de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional, mediante la entrega de insumos que sean requeridos para ejecutar operaciones de inteligencia y contrainteligencia. (pp. 25).
En este contexto, Gómez (2025) sostiene que “las actividades de contrainteligencia existen porque es necesario defenderse de las operaciones de inteligencia rivales”. Estas acciones buscan obstruir las fuentes de información de los opositores y limitar sus capacidades, un principio que se refleja en modelos operativos modernos donde la contrainteligencia funciona como un componente estructural central, integrando y protegiendo los procesos de inteligencia en su conjunto (Figura 2).
Figura 2. Contrainteligencia en Estados Unidos
Nota: Intelligence Quadrangle Linked by the Keystone of Counterintelligence. (Prunckun, 2019)
En consecuencia, la contrainteligencia no puede analizarse de manera aislada, pues forma parte de un entramado en el que interactúan distintos subsistemas de seguridad e inteligencia. Su eficacia depende de la articulación con disciplinas complementarias, como la inteligencia humana (HUMINT), que constituye una de las principales herramientas para obtener información estratégica y operativa. La Figura 3, ilustra esta interrelación, destacando cómo la contrainteligencia se integra dentro de un esquema más amplio que conecta inteligencia, operaciones y fuentes humanas para el acercamiento contra la delincuencia organizada, estrategias para operadores y la ayuda que podría brindar la sociedad.
Figura 3. Áreas de Relación de Inteligencia
Nota: Estrategia sobre delincuencia organizada y nuevas tendencias delictivas (Interpol, 2017).
El HUMINT (Human Intelligence o Inteligencia Humana) consiste en obtener información requerida mediante fuentes humanas, a través de la infiltración, observación y recolección de datos. A nivel estratégico, “HUMINT se centrará en las naciones inteligentes, los continentes inteligentes y el cerebro mundial” (Steele, 2010), lo que implica despliegues internacionales con distintas modalidades de acción. Según Hartwig et al. (2014), el objetivo del interrogatorio en este contexto “puede incluir no solo el mapeo del pasado, sino también la generación de información sobre intenciones, planes y posibles eventos futuros”. Los desafíos de HUMINT, por tanto, son semejantes a los que enfrentan los investigadores del crimen organizado.
En el plano operativo, Petisco (2016) recomienda que el operador HUMINT inicie la interacción con “una conversación sin trascendencia, planteando preguntas de control, sin apenas carga cognitiva o emocional para el sujeto”. En la misma línea, García Alcalde (2019) subraya la importancia de “evitar prácticas coercitivas, como torturas o interrogatorios agresivos, y plantea la entrevista estratégica como alternativa eficaz, conocida bajo el nombre de HUMINT o Human Intelligence. En Ecuador, uno de los tantos ejemplos aplicados es el caso SWAT, que ha llegado a niveles altos en fuentes humanas, trabajando con nueve gobiernos por 23 años, según Zurita (2008).
A nivel cerebral, “Un neocórtex grande solo puede sustentarse con un cerebro grande, cuyo funcionamiento requiere un alto consumo de energía (…)” (Emery et al., 2007), por parte del investigador. Gallese (2007) analiza sus estudios sobre neuronas espejo en monos y humanos. “Las neuronas espejo son una clase de neuronas (redes) en la corteza premotora que responden a la observación de acciones específicas y a sus patrones motores asociados, realizados por el mismo individuo que las presenció” (Emery et al., 2007).
Efectuar el servicio de Humint, es bastante contextual, depende de su entorno, de su país, ciudad y otros factores como la flexibilidad del operador. Se ejecuta con trabajo en equipo con otras personas posibles que colaboren para llevar a cabo obtención de la información. Es necesario la empatía y el lenguaje adecuado para abordar conversaciones pertinentes.
En el caso de Estados Unidos, Rodríguez-Hernández (2013) describe cinco pasos fundamentales para el manejo de información a través de HUMINT:
1) Planificación y preparación: establecer las condiciones para la recopilación de datos, teniendo en cuenta los planes operativos y las cuestiones relacionadas con el tipo de fuente y la ubicación, por ejemplo, las condiciones geográficas y las prácticas culturales.
2) Aproximación: obtener la cooperación y la confianza de la fuente y velar por su seguridad y viabilidad.
3) Interrogatorio: obtener información siguiendo un plan de interrogatorio minucioso que incluya únicamente las preguntas más pertinentes.
4) Finalización: garantizar que el trabajo con las fuentes finalice sin errores mientras se preparan otras operaciones.
5) Informes: organizar y recopilar información para los comandantes y oficiales.
Estos procedimientos se complementan con una capacitación constante. Según el U.S. Army (2025), los soldados y oficiales en servicio activo reciben capacitación continua para mantener actualizadas sus habilidades para cualquier situación. El HUMINT, además, “utiliza fuentes humanas como herramienta y una variedad de métodos de recolección, tanto pasivos como activos, para reunir información para satisfacer los requerimientos de inteligencia del comandante y contrastar con otras disciplinas de inteligencia” (Department of the Army, 2006).
Otro elemento clave es la neurolingüística un modelo de comunicación conductual y un conjunto de procedimientos que mejoran las habilidades comunicativas. El recopilador de HUMINT “debe interpretar y reaccionar a las comunicaciones no verbales y ser consciente de las claves neurolingüísticas específicas del contexto cultural en el que opera” (Department of the Army, 2006, pág. 13). Finalmente, la CIA también incluye al HUMINT entre sus funciones estratégicas, desarrollando actividades de información confidencial, recolección de inteligencia, operaciones especiales y apoyo a la seguridad nacional, conforme a las directrices presidenciales (Department of the Army, 2006).
La efectividad de esta inteligencia depende del aprovechamiento de fuentes directas, indirectas y gestionadas, apoyadas por herramientas como map tracking, matrices, diagramas, habilidades interpersonales y análisis de patrones.
Son fuentes que establecen relaciones de confianza a través de interacciones; por lo tanto, amerita de la inteligencia social para motivar el diálogo, ya que son más propensas a proporcionar información mediante relaciones sólidas. “(…) es quien llega al lugar de los hechos, tiene contacto directo con las personas portadoras de información de interés y que posteriormente será entregada a los entes investigativos, en este caso a su agente de control o al investigador que lidera” (Benavides, 2021). La inteligencia social facilita el contacto dialógico en la sociedad y la relevancia de la configuración en la gestión relaciones sociales.
Las fuentes indirectas usan métodos como el análisis de redes sociales. “(…) la fuente conoce la información por terceras personas o en línea indirecta, esta fuente en momentos se puede convertir en ocasional, toda vez que aprovecha el conocimiento de dicha información para posteriormente brindar al investigador” (Benavides, 2021). También pueden utilizarse la prensa, otros medios digitales y usos de sistemas como el Open Source Intelligence (OSINT) en fuentes abiertas, llamado también inteligencia de código abierto, que presenta información sobre registros públicos, elaboraciones académicas y otros datos técnicos útiles para evaluar amenazas, prevenir y responder hipótesis. Asimismo, se recurre al uso del Sistema de Posicionamiento Global (GPS), que permite visualizar la ubicación y la cronología de los hechos.
Las fuentes gestionadas se apoyan en las fuentes directas e indirectas, constituyendo información comprobada que sirven para la toma de decisiones estratégicas. Como señala García Alcalde (2019), “la obtención de esta información no sería posible si no fuera por la creación y el fomento del ingrediente principal que ha de estar en toda técnica de recolección de información por parte de fuentes humanas, el rapport”. En la misma línea, Rejas de la Peña et al. (2025) subrayan que “(…) la alineación resalta un enfoque sistemático que es vital para garantizar que las fuentes gestionadas contribuyan de manera significativa a la producción de información útil para las operaciones de inteligencia”.
En países como Colombia y México, el uso estratégico de fuentes humanas ha permitido desarticular redes criminales complejas. Hernández-Sampieri & Mendoza (2018) destacan que la inteligencia basada en HUMINT es esencial para entender las dinámicas del crimen organizado, ya que proporciona insights que no pueden ser obtenidos a través de métodos cuantitativos.
De acuerdo con Arriaga Avalos et al. (2022), la aplicación de distintas técnicas cualitativas o cuantitativas de recolección de información acerca tanto al investigador como a las instituciones de seguridad a la realidad de la criminalidad. Cuanto mayor sea la variedad de técnicas empleadas, mayor será el grado de certeza para diseñar intervenciones preventivas.
En este sentido, las pruebas recopiladas permiten enlazar la información obtenida de situaciones verificables (Rejas de la Peña et al. 2025). No obstante, la delincuencia organizada también cuenta con expertos que trabajan con esta información de manera práctica e inmediata, contratando profesionales altamente especializados para potenciar sus operaciones.
“El análisis y mapeo delictivo es fundamental para comprender, prevenir y resolver los problemas delictivos en nuestras comunidades, en el marco de las ciencias sociales y la criminología” (Quintero Ávila et al., 2024). En este sentido, el seguimiento mediante mapas, también denominado rastreo cartográfico, constituye una “habilidad específica de interrogatorio que el recopilador de HUMINT emplea en todas las operaciones. Se trata de una competencia esencial para apoyar la selección de objetivos y la planificación operativa” (Department of the Army, 2006).
De acuerdo con Quintero Ávila (2025), el mapeo delictivo se desarrolla como una disciplina que describe y analiza patrones delictivos, localizando fenómenos humanos estáticos o dinámicos. Para ello se utilizan modelos de movimiento, similitudes de apariencia y trayectorias. A su vez, herramientas como los mapas de calor permiten identificar variaciones en los comportamientos delictivos.
En este contexto, “una herramienta clave es el Sistema de Información Geográfica (SIG), el cual posibilita un “análisis más profundo y detallado de los patrones criminales” (Quintero Ávila & Caballero Delgadillo, 2025). Asimismo, los mapas de densidad criminal constituyen una fuente valiosa para la formulación de políticas públicas y el diseño de estrategias de prevención del delito. En Ecuador, existen diferentes plataformas que facilitan este tipo de análisis, como el Visor Geográfico del SNI o ArcGIS Online. En la Figura 4, se visualiza un ejemplo de un delito y su ejecución mediante el servicio de Humint.
Figura 4. Delito y Ejecución
Nota: Adaptado de Satellite Map (2025). https://satellites.pro/mapa_de_Azuay
De acuerdo con Quintero, Caballero y García (2024), esta visualización permite identificar áreas que requieren atención prioritaria y fomenta la colaboración entre autoridades y comunidades para mejorar la seguridad. Algunos autores denominan a estos espacios focos de atención.
Las matrices consisten en la búsqueda de elementos (Figura 5). Según el Department of the Army (2006), “la construcción de una matriz es la forma más sencilla y eficaz de mostrar las relaciones entre varios elementos asociados, ya sean similares o diferentes. Estos elementos pueden incluir personas, lugares, organizaciones, matrículas de automóviles, armas, números de teléfono o ubicaciones”. De acuerdo con esta perspectiva, las matrices no solo permiten organizar información, sino también facilitar la identificación de vínculos y patrones significativos. La utilidad de este recurso radica en que la información dispuesta en una matriz se convierte en la base para el análisis de diagramas, del cual podrán derivarse los elementos más pertinentes según los objetivos de la investigación.
Figura 5. Matrices
Nota: Adaptado del Department of the Army (2006).
Cuando se usan diagramas “la estandarización es fundamental para garantizar que todos los que construyen, utilizan o leen un diagrama de análisis de enlaces comprendan exactamente lo que representa. Los círculos y las líneas se disponen de forma que, siempre que sea posible, no se crucen, (Department of the Army, 2006). Esta precisión en la construcción asegura que los diagramas se elaboren a partir de actividades claras y comprensibles para todos los usuarios. En la misma línea, Tomás Mariano et al. (2025) señalan que “el propósito también es encontrar la ruta más corta convirtiendo el problema en un caso de optimización (…)”, lo cual permite identificar recorridos y rutas dentro de los espacios analizados (Figura 6).
Figura 6. Diagramas
Nota: Adaptado del Department of the Army (2006)
Las habilidades interpersonales son esenciales para el éxito en HUMINT. Como señala IUCPOL (2023), los agentes deben desarrollarlas para establecer relaciones sólidas con las fuentes humanas, recopilar información precisa y fiable, y gestionar riesgos de manera efectiva.
Vives Hurtado et al. (2021) destacan que la inteligencia interpersonal, o competencia social, incluye habilidades sociales básicas de comunicación receptiva y expresiva, respeto por los demás, compartir emociones, comportamiento prosocial, asertividad, prevención y resolución de conflictos, así como la capacidad de manejar situaciones emocionales complejas. A estas se suman la empatía, el trabajo en equipo, la adaptabilidad y el liderazgo.
Caballero Delgadillo (2024) resalta que las relaciones sociales y la cohesión comunitaria son cruciales para la prevención del delito. Las redes de apoyo entre vecinos y la colaboración con las autoridades locales crean un entorno más seguro y resiliente.
Asimismo, las habilidades interpersonales son un arte en constante desarrollo. Horval (2020) señala que “aprender a ser un líder emocionalmente inteligente es un proceso continuo”, donde la comprensión del lenguaje no verbal y la capacidad de percibir y entender las experiencias de los demás se integran como componentes fundamentales de la inteligencia emocional.
Frente a numerosos problemas, la reacción habitual de la comunidad de inteligencia es recopilar cada vez más información. Sin embargo, como señala Heuer (1999), en muchos casos, los analistas ya disponen de más datos de los que pueden procesar. Lo que realmente necesitan es información más útil, especialmente información humana fiable obtenida de expertos con amplio conocimiento, que les permita tomar decisiones acertadas. O bien, requieren modelos mentales más precisos y mejores herramientas analíticas que les ayuden a analizar, comprender y sacar el máximo provecho de la información ambigua y contradictoria disponible.
En este sentido, el análisis de patrones delincuenciales se convierte en una herramienta clave. Identificar conductas recurrentes, lugares, horarios, fechas, zonas, métodos, colores, signos o incidencias permite anticiparse a los hechos y actuar de manera efectiva. Este tipo de análisis puede revelar un modus operandi común o evidenciar la estructura de una organización delictiva, la cual a menudo posee características particulares y patrones temporales que facilitan su estudio y predicción.
Figura 7. Análisis de Patrones
Nota: Tomado de Department of the Army (2006).
El presente estudio evidencia que las fuentes humanas constituyen un instrumento estratégico para el abordaje y combate de la delincuencia organizada en Ecuador. La utilización de HUMINT permite acceder a información que trasciende los medios tecnológicos y documentales, incluyendo intenciones, planes futuros y dinámicas internas de los grupos delictivos. La interacción directa con individuos vinculados al entorno criminal, siempre bajo técnicas éticas y controladas, facilita la obtención de datos confiables y oportunos, lo cual resulta fundamental para la planificación de operaciones preventivas y represivas, cumpliendo de manera directa con el objetivo de evaluar la utilidad de las fuentes humanas frente a la criminalidad organizada.
Asimismo, la efectividad de HUMINT se potencia cuando se integra de manera coordinada con los sistemas de inteligencia y contrainteligencia del Estado. La articulación entre subsistemas de seguridad, junto con el análisis de patrones delictivos y el uso de herramientas como mapas, matrices y diagramas, permite transformar la información obtenida en insumos estratégicos de alto valor. Esto evidencia que la inteligencia humana no solo proporciona datos, sino que fortalece la capacidad institucional para tomar decisiones fundamentadas y mejorar la eficacia de la legislación penal frente a estructuras criminales complejas y adaptables, cumpliendo así con el objetivo de explorar estrategias integrales para el acercamiento a la delincuencia organizada.
Del mismo modo, el empleo de fuentes humanas contribuye significativamente a la prevención y control de la criminalidad, al permitir identificar líderes, rutas de operación y la estructura interna de los grupos delictivos. La combinación de fuentes directas, indirectas y gestionadas facilita la obtención de información verificable y estratégica, incrementando la capacidad de anticipación frente a posibles delitos y optimizando la respuesta de las autoridades. De esta manera, se confirma que HUMINT constituye una herramienta indispensable para generar información útil que respalde la toma de decisiones y la planificación de acciones efectivas contra la delincuencia organizada.
Finalmente, la investigación resalta la importancia de la participación social y la cooperación interinstitucional como elementos decisivos para el éxito de las operaciones basadas en HUMINT. La confianza, la cohesión comunitaria y la colaboración con la ciudadanía fortalecen la recolección de información, reducen riesgos y crean un entorno más seguro y resiliente. En consecuencia, se concluye que las fuentes humanas no solo son útiles, sino imprescindibles para un acercamiento efectivo contra la delincuencia organizada en Ecuador, siempre que su implementación se articule de manera coordinada con inteligencia, contrainteligencia y estrategias de prevención, cumpliendo plenamente con los objetivos planteados en este estudio.
Implicaciones y Limitaciones
Desde el punto de vista teórico, este estudio contribuye a fortalecer el marco conceptual de la criminología y de las ciencias de la inteligencia aplicada. La integración de HUMINT con sistemas de inteligencia y contrainteligencia evidencia que la comprensión de la delincuencia organizada requiere analizar no solo las acciones delictivas, sino también las estructuras, relaciones internas y dinámicas de los grupos criminales. Esto permite conceptualizar las organizaciones delictivas como sistemas dinámicos y adaptativos, ofreciendo un enfoque interdisciplinario que conecta criminología, sociología y ciencias de la inteligencia, y proporciona herramientas analíticas para anticipar y explicar comportamientos delictivos complejos.
En términos prácticos, los hallazgos del estudio destacan que la implementación estratégica de fuentes humanas fortalece la seguridad pública y la eficacia de las intervenciones estatales. HUMINT permite identificar líderes criminales, rutas operativas y estructuras internas de los grupos delictivos, facilitando la planificación de operaciones más precisas y la toma de decisiones fundamentadas. Asimismo, subraya la necesidad de capacitar a los operadores en habilidades interpersonales, comunicación estratégica y análisis contextual, así como de fomentar la cooperación interinstitucional y la participación ciudadana. La combinación de estos elementos genera un entorno de confianza y resiliencia social, potenciando la prevención del delito y consolidando la seguridad integral del Estado frente a organizaciones criminales sofisticadas y adaptables.
A pesar de los hallazgos relevantes, este estudio presenta algunas limitaciones que deben considerarse. En primer lugar, la investigación se basó en un enfoque cualitativo y revisión documental, lo que implica que los resultados dependen de la disponibilidad y la calidad de las fuentes bibliográficas y reportes institucionales, sin incluir observación directa de operaciones HUMINT en Ecuador. En segundo lugar, la naturaleza sensible y confidencial de la inteligencia humana limita el acceso a información de primera mano, lo que podría restringir la profundidad del análisis sobre la eficacia operativa de HUMINT en contextos específicos. Finalmente, la generalización de los resultados a otros países o regiones debe hacerse con cautela, dado que las estructuras legales, culturales y sociales pueden influir significativamente en la implementación de estrategias basadas en fuentes humanas. Estas limitaciones sugieren la necesidad de futuros estudios que incorporen datos empíricos, entrevistas con operadores y análisis comparativos internacionales para validar y enriquecer los hallazgos presentados.
Caballero-Delgadillo, Flores-Ordóñez y Ledesma-Ayora: Diseño de la investigación, administración del proyecto, análisis e interpretación formal de datos, redacción manuscrito y revisión final del manuscrito. Toma de datos, revisión de la bibliografía y redacción manuscrito. He leído y aprobado la versión final del manuscrito, así mismo estoy de acuerdo con la responsabilidad de todos los aspectos del trabajo presentado.
Los autores declaramos no tener conflictos de interés en relación con el trabajo presentado en este informe.
No se usaron tecnologías de IA o asistidas por IA para el desarrollo de este trabajo.
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