Erevna: Research Reports

ISSN: 3091-1540                                                                                             

Julio – Diciembre 2023 | Vol. 1, Núm. 2 | pp. 1-11

DOI: 10.70171/qkqs2r23

 

Adaptación a la Vida Universitaria en Estudiantes de Primer Semestre de Entornos Rurales

Adaptation to University Life in First-Semester Students from Rural Environments

 

Ruth María Giler-Zambrano 1,2*

https://orcid.org/0000-0001-6936-2075

 

1Pontificia Universidad Católica del Ecuador, sede Quito

2FUNCADE (Fundación Capacitación para el Desarrollo)

 

Recibido: 12 de marzo de 2023. Aceptado: 25 de mayo de 2023. Publicado en línea: 5 de julio de 2023

*Autor de correspondencia: [email protected]

 

 

Resumen

Justificación: la adaptación a la vida universitaria es fundamental para el éxito académico y personal de los estudiantes, especialmente en sus primeras etapas, ya que puede influir en su rendimiento y bienestar general. Objetivo: evaluar el grado de adaptación a la universidad en estudiantes de primer semestre provenientes de entornos rurales de una universidad pública en la zona 4 de Ecuador. Metodología: estudio no experimental, cuantitativo, descriptivo y de corte transversal, con una muestra de 650 estudiantes (36% mujeres y 64% hombres), con una edad promedio de 22,23 años. Se empleó el cuestionario de adaptación a la universidad SACQ-E para evaluar cuatro dimensiones: adaptación académica, social, institucional y personal-emocional. Resultados: el 56,9% de los estudiantes mostró un nivel moderado de adaptación general, mientras que un 40% se adaptó a un nivel alto y un 3,1% presentó una adaptación baja. En adaptación académica, el 63,1% se situó en el nivel medio, con un 33,8% en un nivel alto. Para la adaptación social, el 60% mostró una adaptación media y el 32,3% alta. Sin embargo, en la adaptación personal-emocional, el 32,3% presentó dificultades significativas, ubicándose en el nivel bajo. Conclusión: aborda los aspectos emocionales podría ser clave para mejorar la experiencia universitaria y facilitar un ajuste más completo a la vida académica.

Palabras clave: estudiantes rurales, experiencia universitaria, desafíos estudiantiles, transición a la universidad

 

Abstract

Justification: adapting to university life is essential for the academic and personal success of students, especially in their early stages, as it can influence their performance and overall well-being. Objective: to evaluate the degree of adaptation to university among first-semester students from rural areas at a public university in zone 4 of Ecuador. Methodology: this was a non-experimental, quantitative, descriptive, and cross-sectional study with a sample of 650 students (36% women and 64% men), with an average age of 22.23 years. The Student Adaptation to College Questionnaire (SACQ-E) was used to assess four dimensions: academic, social, institutional, and personal-emotional adaptation. Results: 56.9% of the students showed a moderate level of overall adaptation, while 40% adapted at a high level and 3.1% exhibited low adaptation. In academic adaptation, 63.1% were at a medium level, with 33.8% at a high level. For social adaptation, 60% showed a medium level of adaptation, and 32.3% a high level. However, in personal-emotional adaptation, 32.3% experienced significant difficulties, falling into the low category. Conclusion: addressing these emotional aspects could be key to improving the university experience and facilitating a more comprehensive adjustment to academic life.

Keywords: rural students, university experience, student challenges, transition to university

 

Cita: Giler-Zambrano, R. M. (2023). Adaptación a la Vida Universitaria en Estudiantes de Primer Semestre de Entornos Rurales. Erevna: Research Reports, 1(2), 1-11. https://doi.org/10.70171/qkqs2r23

Esta obra está sujeta a una Licencia Creative Commons Atribución 4.0 Internacional (CC BY 4.0).


INTRODUCCIÓN

La transición a la vida universitaria es un periodo crítico en la vida de los estudiantes, especialmente para aquellos provenientes de entornos rurales, quienes deben enfrentarse a un cambio profundo en múltiples dimensiones de su vida (Herrera Arias y Rivera Alarcón, 2020). No solo deben adaptarse a los desafíos académicos inherentes al nivel universitario, sino también a un entorno social, cultural y económico radicalmente diferente. Este proceso involucra un ajuste en sus estilos de vida, relaciones interpersonales y habilidades de afrontamiento, además de un esfuerzo por integrarse a la cultura universitaria (Runte Geidel y Pérez Ferra, 2020). Los estudiantes de entornos rurales a menudo se ven especialmente afectados debido a la desigualdad en el acceso a recursos educativos, oportunidades y redes de apoyo que existen en comparación con sus pares urbanos (Cuenca y Urrutia, 2019).

En Ecuador, la brecha entre las zonas rurales y urbanas es considerable, no solo en términos económicos, sino también en relación con el acceso a servicios básicos, infraestructura y educación de calidad (Loja, 2020). Las estadísticas reflejan que los estudiantes de zonas rurales suelen tener menos acceso a tecnologías, bibliotecas y programas de preparación académica previos al ingreso universitario (Ministerio de Educación, 2022). Estos factores exacerban las dificultades durante el proceso de adaptación, influyendo directamente en su rendimiento académico y bienestar psicológico. A pesar de estos desafíos, la investigación sobre la adaptación de estudiantes rurales a la vida universitaria sigue siendo escasa, lo que deja un vacío importante en la literatura sobre el tema y en la implementación de políticas educativas.

Los estudiantes rurales de primer semestre no solo enfrentan las dificultades comunes de la transición a la educación superior, como la carga académica y la autonomía personal, sino que también deben hacer frente a la adaptación a un entorno urbano que puede resultarles ajeno y desestabilizador. La distancia geográfica y emocional de sus familias, el cambio abrupto en sus rutinas y la posible falta de una red de apoyo local en la universidad agravan la experiencia de estos estudiantes (de Barón, 2019). Estos factores, en conjunto, pueden llevar a una mayor incidencia de problemas como el estrés, la ansiedad y la deserción universitaria, afectando tanto su rendimiento académico como su salud emocional.

Adaptación a la Vida Universitaria

La adaptación a la vida universitaria es un proceso multifacético que implica una integración tanto en el ámbito académico como en el social. Según Feldt et al. (2011), esta capacidad de adaptación puede definirse como la habilidad de los estudiantes para manejar de manera independiente las demandas educativas y sociales del entorno universitario. El proceso de ajuste se articula en torno a cuatro dominios principales: académico, social, institucional y personal-emocional (Baker & Siryk, 1989).

El ajuste académico hace referencia a la capacidad del estudiante para adaptarse a las exigencias académicas de la universidad, incluyendo el manejo del volumen de trabajo, las nuevas metodologías de enseñanza y las expectativas en términos de rendimiento (Baker & Siryk, 1989) Este ajuste está vinculado con el desarrollo de habilidades de estudio, la capacidad de organizar el tiempo de manera efectiva y la gestión de la carga académica (Dominguez-Lara et al., 2021). Para los estudiantes de entornos rurales, estas exigencias pueden representar un desafío aún mayor debido a la posible falta de preparación en comparación con sus compañeros urbanos. Los sistemas educativos rurales suelen tener menos recursos, lo que puede traducirse en brechas en el nivel de conocimientos previos, acceso limitado a tecnologías de apoyo y menor familiaridad con los formatos de enseñanza más avanzados que se encuentran en las universidades (Ribadeneira Cuñez, 2020). Además, el cambio de entorno educativo puede generar una mayor ansiedad por el desempeño, lo que impacta directamente en su capacidad para adaptarse de manera efectiva a las demandas académicas (González-Aguilar, D. W. (2021).

El ajuste social se refiere a la capacidad del estudiante para establecer relaciones interpersonales satisfactorias y para integrarse en el tejido social de la universidad (Baker & Siryk, 1989). Esto incluye la formación de redes de apoyo entre compañeros, el desarrollo de amistades, la participación en actividades extracurriculares y la capacidad para interactuar con profesores y otros miembros de la comunidad universitaria (Dominguez-Lara et al., 2021). En el caso de los estudiantes provenientes de zonas rurales, el ajuste social puede ser particularmente difícil debido a diferencias culturales, sociales o incluso lingüísticas. Estos estudiantes a menudo se enfrentan al desafío de navegar en entornos urbanos mucho más diversos y competitivos, lo que puede generar sentimientos de aislamiento o exclusión (Treviño et al., 2017). Las diferencias en los estilos de vida, valores y expectativas pueden hacer que les resulte complicado encontrar un sentido de pertenencia, afectando no solo su bienestar emocional, sino también su rendimiento académico, ya que el aislamiento social está correlacionado con mayores niveles de estrés y ansiedad (Bermúdez et al., 2021).

El ajuste institucional se relaciona con la capacidad del estudiante para adaptarse a las normas, procedimientos y cultura organizacional de la universidad (Baker & Siryk, 1989). Este ajuste implica familiarizarse con las reglas y políticas universitarias, los sistemas administrativos, y las oportunidades y recursos disponibles, como becas, asesorías académicas o programas de tutoría (Dominguez-Lara et al., 2021). El ajuste institucional es esencial para el éxito académico a largo plazo, ya que un conocimiento deficiente de estos aspectos puede dificultar el acceso a apoyos críticos y generar confusión o frustración en el estudiante (Johnston, 2013). Para los estudiantes rurales, que pueden provenir de instituciones educativas con estructuras mucho más simples o menos formalizadas, la adaptación a un entorno institucional más complejo puede ser desafiante. Además, las universidades suelen estar ubicadas en áreas urbanas, lo que agrega barreras adicionales como la adaptación a un nuevo entorno geográfico, la gestión del transporte, y, en muchos casos, la búsqueda de alojamiento (Pérez-Pulido, 2016).

El ajuste personal-emocional se refiere a la capacidad del estudiante para manejar sus emociones y mantener un equilibrio psicológico saludable mientras se enfrenta a las múltiples demandas de la vida universitaria (Baker & Siryk, 1989). Este aspecto involucra el manejo del estrés, la ansiedad, y los cambios emocionales derivados de la separación familiar, la adaptación a un nuevo entorno y las demandas académicas y sociales (Dominguez-Lara et al., 2021). Para los estudiantes de áreas rurales, el ajuste emocional puede ser especialmente difícil debido a la distancia física y emocional que conlleva la separación de sus familias y comunidades (de Sousa y Gois, 2017). Muchos estudiantes rurales experimentan sentimientos de nostalgia o aislamiento, que pueden ser agravados por la falta de redes de apoyo en el nuevo entorno urbano (Velasco Zárate, 2021). Sin el manejo adecuado de estas emociones, el ajuste a la vida universitaria se ve obstaculizado, lo que puede aumentar el riesgo de abandono y afectar el rendimiento académico y social.

Cada uno de estos dominios de ajuste interactúa de manera dinámica y puede influir en los otros. Por ejemplo, dificultades en el ajuste académico pueden incrementar la ansiedad, afectando negativamente el ajuste personal-emocional. De la misma manera, la falta de integración social puede hacer que los estudiantes se sientan desconectados de la institución, dificultando su ajuste institucional y su compromiso con el entorno académico. Por lo tanto, la adaptación a la vida universitaria debe ser entendida como un proceso integral, en el que el éxito o fracaso en un área puede tener implicaciones significativas en otras.

Las investigaciones internacionales han identificado patrones similares de adaptación universitaria en diversos contextos. Por ejemplo, en Indonesia, se encontró que el 44,7% de los estudiantes de primer año mostraron dificultades de adaptación, siendo los retos académicos y sociales los más pronunciados (Rahmadani, 2020). En Vietnam, aunque solo el 4,1% de los estudiantes reportaron una adaptación baja, se señaló que el ajuste académico fue el componente más difícil (Van Viet, 2021). En Etiopía, un 30,1% de los estudiantes universitarios reportaron dificultades de adaptación, enfocándose principalmente en los aspectos académicos y sociales (Esmael et al., 2018).

En contextos más cercanos a Ecuador, como en América Latina, se ha documentado que los estudiantes universitarios de primer año enfrentan barreras significativas en su proceso de adaptación. En Chile, los estudiantes reportan dificultades en el ajuste personal-emocional, mientras que en México se observa un bajo nivel de adaptación tanto en el área personal como en la institucional (Rodríguez, 2017). En Perú, alrededor del 4,2% de los estudiantes presentan bajos niveles de adaptación a la vida universitaria (Huaire Inacio et al., 2019). Estos datos reflejan que la problemática de la adaptación a la universidad no es exclusiva de un solo país, sino que es un fenómeno global que afecta a diferentes contextos, aunque los desafíos específicos pueden variar según las características de cada población estudiada. Dado este contexto, surge la siguiente interrogante: ¿Cuál es el nivel de adaptación a la vida universitaria de los estudiantes de primer semestre provenientes de entornos rurales en una universidad pública de la zona 4 de Ecuador?

El principal problema que aborda este estudio es la falta de comprensión detallada sobre los factores que influyen en la adaptación a la vida universitaria de los estudiantes de entornos rurales en Ecuador. A pesar de los esfuerzos por ampliar el acceso a la educación superior, los estudiantes rurales siguen siendo un grupo vulnerable que enfrenta tasas más altas de deserción y menor rendimiento académico en comparación con sus pares urbanos. La falta de estudios específicos sobre este grupo ha limitado la formulación de políticas educativas y programas de apoyo que respondan a sus necesidades particulares.

Este estudio busca describir cómo los estudiantes de primer semestre de entornos rurales de una universidad pública ecuatoriana se adaptan a su nueva realidad universitaria. Con un enfoque en las dificultades que enfrentan y en los factores que influyen en su integración académica y social, este trabajo pretende llenar el vacío de conocimiento existente y ofrecer recomendaciones para mejorar las estrategias de apoyo a este grupo.

La importancia de este estudio radica en la necesidad de generar datos empíricos sobre un grupo estudiantil que ha sido tradicionalmente marginado en los estudios sobre adaptación universitaria. Al centrar la atención en los estudiantes rurales, se espera contribuir a una mayor equidad en la educación superior, permitiendo a las instituciones diseñar políticas de inclusión que sean más efectivas y ajustadas a las realidades de este grupo. Además, este estudio puede ser una base para futuras investigaciones que continúen explorando cómo mejorar la experiencia universitaria de los estudiantes rurales, reduciendo así la deserción y mejorando su éxito académico.

Objetivos

El objetivo principal de esta investigación es analizar la adaptación a la vida universitaria en estudiantes de primer semestre de entornos rurales. Los objetivos específicos incluyen: a) Identificar el nivel de adaptación en los estudiantes rurales y b) Describir las características individuales, sociales y académicas que influyen en su proceso de adaptación.

 

METODOLOGÍA

Diseño

Este estudio tuvo un diseño no experimental y un enfoque cuantitativo, con un alcance descriptivo y un corte transversal (Ato et al., 2013). Su objetivo fue evaluar el grado de adaptación a la universidad en una muestra de estudiantes universitarios provenientes de entornos rurales.

Participantes

Se contó con la participación de 650 estudiantes de primer semestre de una universidad pública de la zona 4 en Ecuador. De ellos, 360 son mujeres y 290 son hombres. La edad media de estos estudiantes fue de 22,23 años, con una desviación estándar de 6,24. El 80% son solteros, mientras que el resto se encuentra casado, separado o en unión libre.

Instrumentos

Para evaluar el grado de adaptación de los estudiantes a la universidad, se utilizó el Student Adaptation to College Questionnaire de Baker y Siryk (1989), en su versión en español, SACQ-E, desarrollada por Rodríguez González et al. (2012). Este instrumento de autoinforme consta de 50 ítems que recogen información sobre la adaptación percibida por los estudiantes. Las respuestas se ofrecen en una escala tipo Likert de nueve puntos, donde 1 significa "totalmente en desacuerdo" y 9 "totalmente de acuerdo". Los ítems formulados de manera negativa se puntúan de forma inversa, de modo que puntuaciones más altas reflejan una mejor adaptación. La suma de las puntuaciones directas de las cuatro subescalas — adaptación académica (18 ítems, rango de 18 a 162), adaptación social (14 ítems, rango de 14 a 126), adaptación personal-emocional (12 ítems, rango de 12 a 108) y adaptación institucional (6 ítems, rango de 6 a 54) — da como resultado una puntuación total que varía de 50 a 450 puntos, representando el grado general de adaptación del estudiante a la vida universitaria. Un promedio (M) de los resultados en el rango de 1 a 3 indica un nivel bajo de adaptación, de 4 a 6 un nivel medio y de 7 a 9 un nivel alto (Khazhgaliyeva et al., 2023).

Las propiedades psicométricas del SACQ son aceptables, mostrando una estructura factorial de cuatro dimensiones que explica el 50,28% de la varianza, así como validez predictiva y concurrente. Además, presenta altos índices de confiabilidad, con un coeficiente α superior a 0,90 tanto en la versión original como en la adaptada al español (Rodríguez González et al., 2012), y valores de alfa de Cronbach superiores a 0,80 en poblaciones de habla hispana (Cassaretto et al., 2022; Gravini Donado et al., 2021). En el presente estudio, la consistencia interna fue elevada, con un coeficiente α de ,938.

Procedimientos

Para llevar a cabo esta investigación, se obtuvo la aprobación de la universidad involucrada. Los objetivos del proyecto fueron comunicados a los estudiantes, asegurándoles la confidencialidad y el anonimato de sus respuestas. Posteriormente, se solicitó su participación de manera voluntaria. Aquellos estudiantes que accedieron a participar en el estudio fueron evaluados en un ambiente grupal y de forma presencial. La recolección de datos se realizó mediante un cuestionario en línea, utilizando Google Forms, entre el 15 y el 20 de mayo de 2023. El cuestionario se organizó en tres secciones: la primera abarcaba el consentimiento informado, la segunda incluía una ficha sociodemográfica, y la tercera contenía los ítems de los instrumentos de evaluación. Todos los participantes firmaron el consentimiento informado y completaron el cuestionario en su totalidad.

Análisis de Datos

Se llevaron a cabo análisis descriptivos utilizando el software SPSS versión 25. En este análisis, se calcularon medidas de tendencia central, como la media (M), la desviación estándar (DE), la asimetría (As) y la curtosis (Cu), así como medidas de frecuencia.

 

RESULTADOS

En la Tabla 1 se presenta el análisis descriptivo de las dimensiones de adaptación a la universidad entre los estudiantes. La adaptación académica muestra una media de 6,39, indicando que los estudiantes tienen un nivel adecuado de adaptación a las exigencias académicas. En cuanto a la adaptación social, la media de 6,45 sugiere que los estudiantes están logrando integrarse adecuadamente en el entorno social universitario. La adaptación institucional presenta una media de 6,91, lo que indica que los estudiantes se sienten cómodos y apoyados por su institución. Sin embargo, la adaptación personal emocional tiene una media de 5,62, lo que sugiere que existe un área significativa de mejora en la gestión emocional de los estudiantes. Finalmente, la adaptación a la universidad muestra una media de 6,34, lo que indica un nivel general moderado de adaptación. A pesar de que los estudiantes se están adaptando bien en términos académicos y sociales, la menor puntuación en la adaptación personal emocional podría requerir atención adicional para mejorar la experiencia universitaria en su conjunto.

Tabla 1. Análisis Descriptivo de las Dimensiones de Adaptación a la Universidad

Criterios de Ajuste

M

DE

Mín.

Máx.

As

Cu

Adaptación académica

6,39

1,25

3,67

8,89

0,023

-0,403

Adaptación social

6,45

1,41

2,71

8,86

-0,847

0,876

Adaptación institucional

6,91

2,00

2,33

9

-0,482

-1,235

Adaptación personal emocional

5,62

2,10

2

9

-0,042

-1,216

Adaptación a la universidad

6,34

1,43

2,91

8,85

-0,045

-0,979

Nota: M: Media; DE: Desviación Estándar; Mín.: Mínimo; Máx.: Máximo As: Asimetría; Cu: Curtosis

Los resultados sobre la distribución de los niveles de adaptación a la universidad se presentan en la Tabla 2.En adaptación académica, el 63,1% de los estudiantes (410) se encuentra en el nivel medio, mientras que un 33,8% (220) reporta un alto nivel de adaptación, y solo un 3,1% (20) se clasifica en la categoría baja. Esto sugiere que la mayoría enfrenta adecuadamente las exigencias académicas.

Para la adaptación social, también la mayor proporción (60,0%) de los estudiantes (390) se encuentra en el nivel medio. Un 32,3% (210) presenta un alto nivel de adaptación social, lo que implica que son capaces de integrarse adecuadamente en el entorno universitario. Sin embargo, un 7,7% (50) muestra una baja adaptación social, sugiriendo que un pequeño grupo podría estar enfrentando desafíos en sus interacciones sociales.

En cuanto a la adaptación institucional, un 58,5% de los estudiantes (380) alcanza un nivel alto, lo que indica una fuerte sensación de apoyo y confort dentro de su institución. No obstante, el 35,4% (230) se encuentra en el nivel medio, y un 6,2% (40) clasificado como bajo podría señalar a algunos estudiantes que se sienten menos conectados o respaldados por la institución. En lo que respecta a la adaptación personal emocional, una gran parte de los estudiantes (32,3%) (210) muestra una baja adaptación emocional, lo que resalta la necesidad de atención en esta área. Un 38,5% (250) presenta una adaptación media, mientras que solo un 29,2% (190) se clasifica en un nivel alto, indicando que muchos estudiantes podrían estar lidiando con desafíos en la gestión de sus emociones.

Finalmente, en la categoría de adaptación a la universidad, el 56,9% de los estudiantes (370) se encuentra en el nivel medio, mientras que un 40,0% (260) alcanza un alto nivel de adaptación. Sin embargo, un 3,1% (20) reporta una adaptación baja, lo que puede sugerir que hay una pequeña proporción de estudiantes que enfrenta dificultades significativas en su experiencia universitaria general.

Los datos indican que, aunque la mayoría de los estudiantes se adapta adecuadamente a las exigencias académicas, sociales e institucionales, la adaptación personal emocional presenta un área crítica que necesita atención, dado el porcentaje notable de estudiantes que se encuentran en niveles bajos en esta dimensión.

Tabla 2. Niveles de Adaptación a la Universidad

Categoría

Adaptación académica

Adaptación social

Adaptación institucional

Adaptación  Personal

Emocional

Adaptación a la universidad

F

%

F

%

F

%

F

%

F

%

Bajo

20

3,1

50

7,7

40

6,2

210

32,3

20

3,1

Medio

410

63,1

390

60

230

35,4

250

38,5

370

56,9

Alto

220

33,8

210

32,3

380

58,5

190

29,2

260

40

Nota: F: Frecuencia; %: porcentaje.

DISCUSIÓN

La presente investigación tuvo como objetivos identificar el grado de adaptación a la universidad en estudiantes de primer semestre provenientes de entornos rurales. Según los resultados del inventario SACQ-E, la mayoría de los participantes presentó un nivel aceptable de adaptación, ya que más del 90% obtuvo puntajes que indican un grado de adaptación entre moderado y alto. Esto sugiere que los estudiantes están interactuando de manera positiva con el nuevo entorno educativo y enfrentando adecuadamente las demandas académicas. Factores como la motivación intrínseca para adquirir conocimientos, la satisfacción con la carrera elegida y la capacidad de autorregular su comportamiento de estudio contribuyen a esta adaptación (Van Rooij et al., 2018).

Específicamente, los puntajes de las subescalas del cuestionario SACQ-E indicaron que los participantes mostraron una mejor adaptación institucional, reflejando una percepción positiva sobre su decisión de asistir a la universidad y confianza en completar sus estudios. También se observó una mayor adaptación social, evidenciando que los estudiantes valoran positivamente la experiencia social en la universidad, logrando establecer relaciones interpersonales y participar en actividades sociales. La adaptación académica fue positiva, con los estudiantes sintiendo que manejan adecuadamente las demandas educativas. Sin embargo, la adaptación personal emocional mostró puntajes más bajos, indicando que algunos estudiantes experimentan dificultades emocionales durante el proceso de adaptación.

Los resultados son consistentes con hallazgos previos (Cobo-Rendón et al., 2022; Martínez-López et al., 2019; Páramo Fernández et al., 2017; Pérez Villalobos et al., 2017), que también observaron una mayor adaptación institucional y social en comparación con la adaptación académica y personal emocional. La carga de trabajo, la gestión del tiempo y las habilidades para el estudio universitario pueden estar asociadas con las dificultades encontradas (Gerensea et al., 2017). Ayele (2018) considera que la adaptación académica y personal emocional son predictores del éxito en la universidad, desempeñando un papel crucial en el rendimiento de los estudiantes. Por lo tanto, es esencial prestar más atención a los aspectos académicos y emocionales del proceso de adaptación para mejorar la experiencia estudiantil.

 

CONCLUSIÓN

Se determinó que el nivel de adaptación a la universidad de los participantes es moderado. En promedio, los estudiantes se están adaptando bien a la institución académica, así como al contexto social y académico. Sin embargo, enfrentan dificultades en los aspectos de adaptación personal emocional.

Este estudio proporciona evidencia de que, aunque la adaptación es moderada, es necesario prestar atención a los aspectos emocionales que pueden afectar la experiencia de los estudiantes en el entorno universitario. Abordar estas dificultades podría ser crucial para facilitar un ajuste más completo y satisfactorio de los estudiantes en su nueva vida académica.

Implicaciones y Limitaciones

Entre las implicaciones del estudio, desde una perspectiva teórica, se contribuye al conocimiento sobre las dificultades de adaptación a la universidad. Además, se aporta información que permite comprender los factores que influyen en esta adaptación. Desde una perspectiva práctica, los resultados permiten que investigaciones futuras desarrollen propuestas de intervención dirigidas a promover estrategias efectivas que faciliten una adaptación exitosa a la vida universitaria, lo que a su vez favorecerá la salud mental y el bienestar de los estudiantes.

Las limitaciones del estudio incluyen su diseño transversal, que no permitió establecer relaciones causa-efecto. Asimismo, la metodología empleada posibilitó asociaciones entre variables, sin poder establecer causalidad. Además, el tamaño de la muestra no fue representativo de la población, lo que limita la generalización de los resultados. Como perspectivas futuras, se recomienda replicar este estudio utilizando una metodología longitudinal y una muestra representativa de estudiantes universitarios ecuatorianos.

Contribuciones

Giler-Zambrano: Diseño de la investigación, administración del proyecto, análisis e interpretación formal de datos, redacción manuscrito y revisión final del manuscrito. Toma de datos, revisión de la bibliografía y redacción manuscrito. He leído y aprobado la versión final del manuscrito, así mismo estoy de acuerdo con la responsabilidad de todos los aspectos del trabajo presentado.

Conflicto de interés

La autora declara no tener conflictos de interés en relación con el trabajo presentado en este informe.

Uso de inteligencia artificial

No se usaron tecnologías de IA o asistidas por IA para el desarrollo de este trabajo.

 

REFERENCIAS BibliogrÁFICAS

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